En BarriosGIE, entendemos que muchas pymes y autónomos externalizan servicios como la asesoría fiscal, laboral y contable. La razón es simple: la burocracia, el papeleo y las obligaciones con entidades como Hacienda y la Seguridad Social pueden convertirse en un verdadero quebradero de cabeza.
Sin embargo, lo sorprendente es la cantidad de casos en los que los empresarios llegan a nuestra asesoría, con problemas que tuvieron con sus antiguos despachos. Están llenos de dudas sobre la responsabilidad civil y quién debe pagar las posibles sanciones y penalizaciones que surgen a raíz de errores cometidos por asesores fiscales.
Responsabilidad Compartida
La pregunta clave es: "Si mi asesor comete un error y me sancionan, ¿quién asume la responsabilidad?". Esto depende de si realmente se trata de un error y si existe negligencia por parte del asesor contratado por el autónomo o la empresa en cuestión.
Solo se indemnizarán los pagos exigidos al contribuyente, es decir, al autónomo o la empresa que contrató al asesor, si estos pagos causan un perjuicio al contratante y están directamente relacionados con la actuación de la asesoría.
Consejos para Demostrar Negligencia
Para evitar problemas, la comunicación con tu asesor debe ser fluida. Debes prestar atención cuando se requiera documentación. Por ejemplo, si en el período de presentación de impuestos debes presentar el modelo 390 y tu asesor te pide que le envíes los modelos presentados anteriormente, asegúrate de facilitar la información solicitada. De esta manera, tanto tú como tu asesor tendrán pruebas sólidas.
Recuerda que lo escrito tiene más peso que lo hablado, por lo que es fundamental dejar constancia escrita de cualquier comunicación importante.
Cuándo no Puedes Reclamar la Indemnización
Hay situaciones en las que no podrás reclamar una indemnización a tu asesoría:
Si no entregas la información o documentación necesaria en tiempo y forma.
Si no mantienes una comunicación adecuada con tu asesor.
Si proporcionas información engañosa.
Si el asesor actúa conforme a tus instrucciones, incluso si esas instrucciones conllevan riesgos.
Externalizar la asesoría es una decisión inteligente, pero debes estar preparado para mantener una comunicación clara y constante con tu asesor. Además, es esencial que ambas partes entiendan claramente las responsabilidades y los riesgos involucrados. De esta manera, podrás evitar problemas innecesarios y asegurarte de que tu negocio esté en buenas manos.
Recuerda, no dejes cuestiones fiscales importantes para el último momento, y siempre busca la orientación profesional adecuada cuando sea necesario. Tu negocio merece una asesoría confiable y efectiva.